Plataforma computerizada con sistema algorítimico de emparejamiento de coach y coachees basado en competencias destacadas y a mejorar, dirección laboral y del centro educativo, aficiones compartidas y áreas formativas. Edad, sexo, nacionalidad, sueños, todo cabe.
Es raro que en alguna charla con potenciales participantes en el proyecto Coach, jóvenes o voluntarios no pregunten qué criterios seguimos para decidir qué joven irá a qué empresa y con qué voluntario.
Insistimos, tratamos de “objetivar” el proceso todo lo posible con herramientas como la que teníamos hasta el curso pasado http://demo.coachexit.org/ y que ahora hemos mejorado sustancialmente, especialmente en cuanto a las “sugerencias” para hacer parejas, en http://coachexit.org/coach/. El sistema sugiere que si ambos coinciden en que les gusta la cocina y la montaña, presuponemos que van a tener cosas en común; si además sus lugares de trabajo /estudio están cerca presuponemos que el joven lo tendrá más fácil para ir a las sesiones con su coach y si además, junto con el tutor han decidido que sus competencias a mejorar son el trabajo en equipo y el respeto a la autoridad que son justo las que el voluntario define como sus puntos fuertes, tachán, tenemos a la pareja ideal.
Hmmm, pero mentiríamos si no contásemos todo y es que el factor humano no hay algoritmo que lo produzca cuál fórmula matemática.
Porque vemos constantemente cómo se desmontan todos nuestros presupuestos de partida: chico joven no tiene porqué entenderse mejor con chico joven, ni chica con señor mayor tiene porqué no entenderse, ni marroquí con marroquí entenderse mejor y hay chicos que necesitan dos horas para llegar a la empresa y van y otros que podrían ir andando y no van y señoras que acaban hablando de fútbol con su joven por “conectar” cuando probablemente no saben nada de nada. La química se produce o no se produce.
De ahí que nuestra plataforma mágica se acabe sustituyendo por algo como la muestra de la foto de abajo: fotos, papeles, papeles, fotos… y sólo al finalizar la búsqueda de la pareja perfecta para cada joven, guiándonos por la intuición tras haber estado con ellos y tomado notas de todo tipo, subimos el resultado del “matching” a nuestra herramienta on line.
Recuerdo con añoranza mi primer “matching”: 8 horas para hacer 20 parejas, con una gran sensación de responsabilidad y de que todas las opciones del tetrix debían ser contempladas. También el “matching” con Marga en Sevilla sentadas en una terraza por la noche porque hacía un calor tremendo, llenas de papeles con las fichas de los jóvenes y sus fotos.
Preguntado José María, la última incorporación al equipo Coach por su primer “matching” nos dice:
“A mí me produjo una enorme ilusión, y responsabilidad, empezar a ver las caras y las vidas de jóvenes y voluntarios cuyas vidas podía contribuir, modestamente, a cambiar. Es sobre todo el primer paso en un proceso muy ilusionante”.
Pues eso
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Enhorabuena